La mayoría solemos tener una idea más o menos clara de lo que debería ser una ciudad perfecta. Calles amplias, grandes jardines y un servicio público a los pies de sus ciudadanos para ofrecerles todas las comodidades posibles. Nada que ver con lo que SimCity entiende por perfección.
En un juego en el que aparentemente no hay final, un jugador consiguió exprimir las posibilidades de este simulador de ciudades hasta conseguir una partida perfecta. Sin embargo, nadie en su sano juicio querría vivir en una ciudad así.
La ciudad «perfecta» de SimCity
El proyecto de Vincent Ocasla no estaba relacionado con establecer un récord del mundo o demostrar su nivel de conocimiento del urbanismo a través de SimCity 3000, sino demostrar hasta qué punto las grandes élites son capaces de retorcer a la población para alcanzar un fin. En este caso dar forma a la ciudad “perfecta”.
En términos jugables, la idea de ciudad perfecta en SimCity es tan simple como alcanzar un punto en el que el juego funcione de forma autónoma. Los nacimientos de ciudadanos compensan las muertes, los ingresos por impuestos compensan los gastos de mantenimiento, y cada centímetro cuadrado de su mapa está ocupado por el mayor número de población posible.
Un resultado perfecto capaz de durar en bucle durante miles de años que, como el propio Ocasla reconocía en una entrevista, no estaba exento de problemas para sus habitantes virtuales. La perfección, al menos en este caso, se paga con la desidia y el totalitarismo.
“El crecimiento de la población está estancado. Los sims no tienen que desplazarse grandes distancias para ir al trabajo. De hecho, ni siquiera tienen que abandonar la manzana en la que viven. Siempre van al mismo sitio”.
Magnasanti, así es como se llama la ciudad, es un pozo de desesperación en el que el control policial compensa cualquier atisbo de criminalidad o rebeldía por parte de sus habitantes.
No tienen colegios, la tasa de paro es enorme, y no hay bomberos, ni escuelas, ni hospitales, pero para cuando sus habitantes son lo suficientemente grandes como para armarse contra sus dirigentes, los ciudadanos mueren a consecuencia de una escasa esperanza de vida.
La distopía cyberpunk inspirada en una ciudad real
Lo más curioso de Magnasanti es que, pese a su dureza, cuenta con un ejemplo aún más demoledor en la vida real que sirvió de inspiración a su creador. Una ciudad que, siendo cuna de la delincuencia y las drogas desde los 50 hasta los 90, se convirtió en el lugar con mayor densidad de población por metro cuadrado de la historia de nuestro planeta: 1.255.000 habitantes por kilómetro cuadrado.
Nacida como asentamiento en el siglo X, el foco sobre la ciudad amurallada de Kowloon no se pone hasta que Japón abandona su ocupación en 1945, momento en el que refugiados chinos se instalan allí aprovechando el control británico de la zona. La alta población y el escaso espacio provoca que se empiece a construir sin control, y la falta de atención convierte el sitio en un hervidero de problemas.
Drogas, prostitución y salas de juego se reparten entre chabolas y edificios que siguen aumentando en número y altura. Las tríadas se hacen con el lugar y las condiciones son tan pobres que las zonas más bajas de la ciudad ni siquiera reciben la luz del sol. A cada nuevo piso añadido, la ciudad amurallada de Kowloon se va ganando más el nombre de Ciudad de la Oscuridad.
Médicos sin licencia realizando operaciones, incautaciones de casi 2.000 kg de droga, zonas de juegos infantiles que por la noche ceden hueco a drogadictos y burdeles. Una situación insostenible en la que la policía ni siquiera se atrevía a entrar y que, como último recurso, decidió cortarse por lo sano.
Tras anunciarse la intención de demoler la ciudad en 1987, no fue hasta 1993 cuando pudieron empezarse unas obras que durarían un año más. La ciudad amurallada de Kowloon se convirtió en un parque y sus asfixiantes calles pasaron a formar parte de la cultura popular sirviendo de inspiración para ciudades distópicas, urbes cyberpunk y la ciudad perfecta de SimCity.
Imagen | Cityofdarkness
Fuente: vidaextra.com