
A los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 parece que les ha mirado un tuerto. De entre sus muchos problemas manifestados en estos dos años de calamidades continuas, hoy nos vamos a centrar en el que tiene que ver con el achicharramiento que se podrá vivir entre el próximo 23 de julio y el 9 de agosto.
Demasiado calor para competir. Este año podría ser el más caluroso al que han tenido que enfrentarse los atletas olímpicos en toda su historia desde que hay registros de las temperaturas de los JJOO. La horquilla de temperaturas máximas que barajan los meteorólogos para los días de competición está entre los 25 y los 39 grados. Los Juegos de Río de 2016 tuvieron una temperatura máxima diaria de 27, y los de Pekín 2008, Atlanta 1996 o Barcelona 1992 colocaron su media en los 30 grados, lo cuál ya es alto, pero se queda lejos de lo que se espera en la capital nipona de este año. Tokio vivió una ola de calor en 2018 que se saldó con decenas de muertos y 70.000 hospitalizados, y las previsiones de este año se acercan peligrosamente a aquello.
Por si el coronavirus no fuera suficiente, el calor y la humedad también amenazan los Juegos Olímpicos de este año.
De hecho, los de Tokio podrían ser los más calurosos jamás celebrados (con datos).
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— Álvaro Merino (@amerinomarquez) July 15, 2021
Fuente: magnet.xataka.com