Este miércoles 10 de marzo es el día elegido por RTVE para estrenar la cuarta temporada de ‘Estoy vivo’, una de la series más populares de los últimos años emitidas por el ente público. Casi 16 meses han tenido que pasar desde el final de la tercera tanda de episodios, algo lógico si tenemos en cuenta las restricciones causadas por el coronavirus, pero queda la duda de hasta qué punto afectará tanta esperar a una serie que ha ido perdiendo espectadores con cada nueva temporada.
La cuarta temporada de ‘Estoy vivo’ supone la vuelta a tiempo completo de Cristina Plazas y Lucía Caraballo como Laura y Bea, pero la que no regresa en estos nuevos episodios es Anna Castillo como Susana, algo que ya se aborda en el primer episodio que podréis ver esta noche en La 1 a partir de las 22:10. De hecho, es uno de los grandes ejes de un episodio centrado en presentar el nuevo misterio y en potenciar la química entre su reparto.
Sentando las líneas maestras de la temporada
Sin entrar en detalles por eso de los spoilers, he de decir que no me ha convencido demasiado la solución por la que se ha optado ante la baja de última hora de Castillo, una de las mejores actrices jóvenes de nuestro país. Es cierto que tiene su lógica dentro del universo planteado por la serie, pero está planteado de forma un tanto cuestionable más allá del hecho de perder a alguien con su talento. Dicho esto, la vida sigue y no es la primera vez que ‘Estoy vivo’ se vale de soluciones de credibilidad cuestionable sin que eso haya llegado nunca a ser una losa demasiado pesada.
Más allá de eso, el arranque de la cuarta temporada gira inicialmente alrededor de esa inesperada normalidad de la que disfrutan sus protagonistas. Todo está en su lugar y no hay secretos que amenacen con ponerlo en peligro. Hasta hay tiempo para un partidillo de fútbol que refuerce la camaradería entre los personajes masculinos sin hacer hincapié únicamente en ellos. El problema es que toda serie requiere de un conflicto para poder seguir adelante y eso no tarda en manifestarse en forma de misterioso apagón que afecta tanto a la Tierra como a la Pasarela.
A partir de ahí se inicia una investigación de la que por ahora habremos tenido poco más que un pequeño aperitivo para ir despertando la curiosidad del público. Por ello, todo ha girado más en cómo afecta en lo personal a sus protagonistas, dejando de lado las implicaciones reales de lo sucedido y qué es lo que ha causado ese apagón. De esta forma, la transición entre esa felicidad inicial hacia ese nuevo misterio fluye mejor, preparando tanto a los personajes como al público para lo que está por venir.
Una apuesta eficaz y con margen de crecimiento
Además, eso es algo que el equipo liderado por Daniel Écija aprovecha para ir tocando otros temas que convenía solventar como la identidad del nuevo comisario, integrándolo de tal forma que la serie parece apostar algo más por el humor que en temporadas anteriores, pero para potenciar el componente más terrenal del relato. De nuevo, los personajes ya conocidos son esenciales, buscándose que se sientan como personas reales para fomentar así su conexión con los fans de la serie.
Una de las consecuencias de esa apuesta es que quizá a este primer episodio le falta ese puntito de intensidad necesario para que es amenaza sirva como gancho del que seguir tirando, es un poco como si, más que nunca, la serie optase por confiar en sus seguidores en lugar de intentar llegar a un nuevo público. Y es que puede que todo tenga algo de nuevo comienzo, pero lo que hace que pueda destacar es ese recorrido previo de sus protagonistas, ese cariño que uno pueda tenerles para querer seguir dentro de sus vidas.
Por mi parte, solamente con la presencia de Javier Gutiérrez ya me tienen ganado, pues sabe moverse muy bien entre lo intenso y lo que posee un elemento más costumbrista, haciendo además un gran pareja profesional con Alejo Sauras. Me sigue faltando Castillo, pero ya estuvo ausente en la práctica totalidad de la tercera temporada y la serie no llegó a resentirse demasiado por ella, así que tengo fe en esta cuarta temporada.
En resumidas cuentas
No ha sido el mejor arranque de temporada de ‘Estoy vivo’ hasta la fecha, pero se ha agradecido el reencuentro con varios viejos conocidos, plantado las semillas de un misterio mayor y mantenido la esencia de la serie. Será cuestión de tiempo ver si Écija y los suyos han vuelto a obrar otro pequeño milagro o no, pero lo que tengo claro es que estaré ahí para presenciarlo.
Fuente: espinof.com